Espacio de enunciación y de tránsito
Espacialidad
El territorio al que se hace referencia tiene fronteras que fluyen. Si se deseara hacer una cartografía de sus puntos de presencia, habría que recurrir a técnicas que permitan registrar de alguna manera la movilidad continua. En otras palabras, no es el espacio virtual de los códigos digitales su única manera de interacción. Tampoco se limita a la geografía fija de un paisaje: urbano o rural, selvático o tropical, marítimo o continental. Los pequeños escenarios, a saber, teatros, museos, librerías, bibliotecas, plazas públicas, galerías, muros, salones de clase, etc., también circulan como líneas móviles. Es decir, su territorialización está ligada a los ejercicios de enunciación más que a la inscripción definitiva a un espacio. En ese sentido, no hay puntos fijos, por el contrario, son puntos de presencia y partida, contacto y fuga, que al converger constituyen una espacialidad que modifica sus fronteras según el ritmo de las pulsiones enunciativas.
Enunciación
Mediante la apropiación de mecanismos y técnicas de comunicación, a través del juego con los códigos que reglan los discursos, a partir del reconocimiento de los puntos de quiebre, alterar la economía de los enunciados y perturbar las formas de enunciación que nos son dadas. Sea con la imagen, con la palabra, con el cuerpo, con las líneas superpuestas, con las luces, con los sonidos; perturbar órdenes discursivos y sus módulos de materialización. De tal manera, elementos y mecanismos impulsados, no tanto con finalidades estéticas sino como técnicas de enunciación. En otras palabras, se trata del agenciamiento de experiencias que transfiguran las márgenes discursivas en procura de la producción de nuevos gestos enunciativos.
Tránsito
Éste se remite a una doble superficie o dimensión. La primera, superficie de subjetivación, se refiere a los actos que favorecen la potencialización de múltiples subjetividades donde se desconfigura la designación arbitraria del Yo. Desatar las voces que transitan las individualidades, mediante el uso posible de los mecanismos de enunciación como ejercicio de bifurcación múltiple. La segunda dimensión, superficie de ejecución, se trata del recorrido que trazan las subjetividades partícipes, no en su obligación de permanecer sino bajo el imperativo de la movilidad. Para sintetizar, de un lado tránsito en cuanto a la posibilidad de devenir otro(s), tránsito en cuanto al ejercicio de entrar y salir, de circular.