Los textos de Borges, para muchos, son un laberinto de sentidos. Por momentos la risa, otros tantos la intriga, el tiempo que se deshace y se repliega en sí, el ser en sus quebradizos caminos. Aunque sorpresa no pueda causar, una simple frase de uno de sus relatos hizo detener el tiempo ; por lo menos, el que me concierne. Procederé con la mayor economía y suprema claridad.
Borges cede su pluma ; se limita a ejercer el rol de editor. Por su parte Otto Dietrich zur Linde se inclina ante el gesto ; decide hablar después de guardar silencio durante todo el proceso que lo sentenció a ser fusilado por torturador y asesino. Reseña él apartes precisos de su vida, sin embargo no divaga por la memoria sino diagrama la ruta de un mapa a descifrar : « Quienes sepan oírme, comprenderán la historia de Alemania y la futura historia del mundo ». Militando como soldado orgulloso de su fé, un primero de marzo de 1939, como si estuviese escrito desde siempre, un atardecer, unos disturbios, una calle en Tilsit, dos balas y su pierna amputada. « Morir por una religión es más fácil que vivirla con plenitud ». Poco menos de dos años después, nombrado subdirector del campo de concentración de Tarnowitz. A pesar de lo poco grato, lo entendió como un examen para investir el nuevo hombre que exigía despojarse de toda piedad ; por ello, nunca obró con negligencia. Una sensación de jovialidad le cobijaba, una emotiva exaltación en la sangre y hasta un nuevo sabor en el sueño. « Yo, quizá, nunca fui plenamente feliz, pero es sabido que la desventura requiere paraísos perdidos ». Se abre paso la derrota ; primero la familiar (su hermano pereció en Egipto, la casa natal destruida e igual suerte su laboratorio), finalmente la del Tercer Reich. Aunque se entendía vencido, un sabor a felicidad hace presencia. Para explicar tal misterio ensaya tres hipótesis sobre la satisfacción que le produce la derrota. Ninguna le satisface ; ensaya de nuevo hasta encontrar la verdadera. Ésta habla de la concatenación de los hechos, de la silenciosa continuidad entre los pueblos, de las inaprensibles consecuencias de un acto. Tal verdad está expuesta de la siguiente manera :
« Arminio, cuando degolló en un ciénaga las legiones de Varo, no se sabía precursor de un Imperio Alemán ; Lutero, traductor de la Biblia, no sospechaba que su fin era forjar un pueblo que destruyera para siempre la Biblia ; Christoph zur Linde, a quien mató una bala moscovita en 1758, preparó de algún modo las victorias de 1914 ; Hitler creyó luchar por un país, pero luchó por todos, aun por aquellos que agredió y detestó »
Nuestro tiempo canta un victoria, conmemora una derrota ; la misma derrota que dejaba en Otto Dietrich zur Linde una sensación de felicidad pues bien sabía él, o bien reconocía él, que la derrota del nacionalsocialismo no era otra cosa que la apertura a un nuevo tiempo por él creado. En el momento en que era hecho prisionero y conducido a jucio, sobre él se levantaba el resplandeciente cielo por el cual dio batalla, era mutilado y se hacia inmisericordioso. Su muerte se bañaba de júbilo y su cuerpo, tal vez tembloroso, un poco por miedo, mucho más por regocijo, repetía : « Se cierne ahora sobre el mundo una época implacable. Nosotros la forjamos, nosotros que ya somos su víctima »
Me atrevería a afirmar que todo el relato, principalmente su alucinación espectral del futuro presente, podría ser sintetizado en una sola frase –aquella que detuvo mi tiempo- escrita de tal forma que compondría un nuevo texto capaz de conservar todo lo que Deutsches Requiem transmite. Ese nuevo texto se escribiría de la siguiente manera :
[…]
Hitler believed fighting for a country, but fought by all, even by those he attacked and hated
Гитлер считал, борющихся за страну, но сражались на всех, даже тех, кого он напал и ненавидел
Hitler creyó luchar por un país, pero luchó por todos, aun por aquellos que agredió y detestó
היטלר האמין נלחמים עבור המדינה, אבל נלחם על כולם, אפילו על ידי מי שהוא תקף שנא
هتلر يعتقد ان القتال من أجل البلد ، ولكن قاتلوا من قبل الجميع ، حتى من قبل أولئك هاجم وكرهت
Hitler croyait se battre pour un pays, mais combattus par tous, même par ceux qu'il a attaqué et haï
希特勒认为,一个国家而战,但即使打了所有那些攻击和恨他
Hitler credeva che lottano per un paese, ma combattuta da tutti, anche da chi ha attaccato e odiato
Ο Χίτλερ πίστευε αγωνίζονται για μια χώρα, αλλά αγωνίστηκε από όλους, ακόμη και από εκείνους που επιτέθηκαν και μισούσε
היטלער געגלויבט פייטינג פֿאַר אַ לאַנד, אָבער געקעמפט דורך אַלע, אַפֿילו דורך יענע ער קעגן און פיינט
געהאט
Hitler glaubte kämpfen für ein Land, sondern kämpfte mit allen, selbst von denen er angegriffen und gehasst
[…]
Paris, año 26 era Orwell
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